...Supongo que todo el mundo ha tenido uno de esos momentos en los que el vértigo se apodera de las canillas de uno. Son esos momentos en que nos colocamos frente al abismo. Cualquier madito abismo ante el que, en uno u otro momento, nos hemos enfrentado, nos enfrentamos o nos enfrentaremos, en el peor de los casos.
Pero hay momentos en que incluso el vértigo es capaz de cotagiarse incluso aunque el precipicio no sea el tuyo. Hay que joderse.
Pues bien, el sábado las culebrillas se apoderaron de mis piernas y de las de alguno más de mis amigos. Y es que uno de ellos y una de ellas -ambos dos- de manera colaborativa, han decidido dar El Salto. Ese salto...ya sabéis. Ése en el que tras el paso de unos 9 meses, juntarse en su casa para bajarnos un una caja de cervezas y un par de botellas, no va a ser una ideaca para ellos.
Y claro, la noticia recorrió el salón de casa de otro colega quien, subrepticiamente, miraba a la parienta, y después de soslayo hacia mí. Era absurdo, además de imposible, decir algo. Ambos sentimos el vértigo. Igual un poco mas él, y es que la edad juega a mi favor, aunque no nos engañemos, el tic-tac de ese reloj suele sonar en femenino y, en este caso, una vez más, funciona como elemento tensor. Por eso, el vértigo pasó rápidamente delante de mis ojos pero sentí un alivio casi instantáneo al verme, aún, bastante lejos de similares precipicios. Esa distancia percibida es directamente proporcional al repeluco de dicha tensión provocada por el vértigo. Las culebrillas en las piernas son prácticamente anacondas engullendo el sujeto en cuestión.
Pero bueno, increíblemente, ese vértigo no lo sufría el susodico Saltador. Su compañera Saltadora lo llevaba, aún, con mayor tranquilidad.
Sin duda el ser humano me sorprende cada día.
Y yo, claro, me siento taaaaaaaannn lejos de esos Saltos que no pude dejar de pensar en cómo se sentirían ellos, durante el viaje de vuelta a casa en la gélida madrugada del sábado. Y ya que me era tan difícil el ponerme en sus zapatos, poco a poco mi mente se empezó a largar de esa imágen se fué yendo poco a poco al baibén de la música que nos acompañaba, dentro de mi coche, a través del oscuro paisaje serrano...
[Banda Sonora de hoy: "Homo Erectus". Zapin. (1998). Sobrinus ]
GRANDES. Sin más. Mi primer gran grupo al que admiré y ví en directo. Y dejaron mucha huella. Lamentablemente este audio es una basura, así que ponte los auriculares. Los ví en repetidas ocasiones en aquellos años en los que uno empezaba su mayoría de edad y empezaba a irse de conciertos en pequeñas salas abarrotadas de gente y de humo, con la cerveza barata y con bises gratuitos, sin demasiada insistencia. Pero fuera de toda churretosa nostalgia, estos tíos son unas máquinas. He visto pocos baterías mejores que el Loza, pocos bajistas mas talentosos que Javi y pocas voces con tanta personalidad como la de Sidney. Brutales, originales, aunaban una depurada técnica con una pasión tremenda en el escenario. Escribían sus temas, los tocaban, los grababan, los editaban, los distribuían, se buscaban bolos... hasta que consiguieron un mínimo de atención comercial, al ganar un concurso y grabar su 2º disco. Pero aparte de una legión de fieles seguidores fueron ignorados por el mercado, one more time. Ahora Sidney ha formado Adrede, otra banda que no está mal, pero que no le llega a Sobrinus. Qué se le va a hacer. Sólo me queda ponerlos aquí y gritar todo lo fuerte que pueda: ¡Sobrinus, sois los putos amos!
Festival Boom, del mismo disco (Zapin) que grabaron gracias al premio por haber ganado aquel concurso, el Imaginarock. Lástima que no encuentre una de mis prefes: Pitufa. Y lástima que los vídeos que encuentro tengan estos audios tan malos. Pero bueno, si los conocías, espero que los disfrutes, si no, espero que bucees un poco y si te interesan, me lo dices y cuando nos veamos, te paso algo.
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2 comentarios:
¡¡¡SOBRINUS!!!! VOLVED!!!
Hola, Anónimo. Cuesta encontrar fans de Sobrinus. Bueno, cuesta encontrar a alguien que conozca a Sobrinus. Si les llegaste a ver en concierto sabes bien que esta gente eran algo especial.
Pasate por aquí y quítate la máscara esa gris de Anónimo...
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